La Historia de la humanidad se hace historia de todos nosotros, todos los días. La Historia nos toca permanentemente. No es solamente una realidad lejana. Esta tan cerca como siempre...
Treinta años después de que su
cuarto reactor explotara el 26 de abril de 1986, todavía existe una zona de
exclusión alrededor de la planta nuclear de Chernobyl en Ucrania.
El fotógrafo polaco Jerzy
Wierzbicki visitó la zona acompañado de dos guías, exempleados de la planta
nuclear.
- 26 abril 2016
Después de que el reactor
reventara, un incendio se desató en las instalaciones y duró 10 días. Eso hizo
que se diseminara gran cantidad de material radioactivo en las zonas
circundantes y en grandes partes de Europa, especialmente en Ucrania,
Bielorrusia y Rusia.
El área cercana a la planta fue
evacuada. La zona de exclusión, un radio de 30 kilómetros alrededor de la
planta, es monitoreada por policías armados con rifles AK-47.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
En realidad, la zona nunca fue
evacuada en su totalidad. Las normas varían de acuerdo con los niveles de
radiación.
Donde está ubicada la planta no
hay residentes. A los trabajadores se les permite vivir en la ciudad de
Chernobyl, a unos 15 kilómetros de distancia, e incluso así, sólo pueden
hacerlo por un número determinado de semanas.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
No muy lejos de la planta, María
e Iván Semieniuk cenan en su casa en la localidad de Parishev.
Cuando ocurrió el accidente,
fueron sacados de allí, llevados a 20 kilómetros de Chernobyl. Las autoridades
les habían dicho que iban a poder regresar tres días después.
Como sospechaban que su regreso
tomaría mucho más tiempo, metieron algunas de sus posesiones en su automóvil
Zaporozhets y condujeron hacia otro pueblo llamado Borodianka.
Allí, la policía militar los
bañó con agua fría y a Iván le dijeron que sería empleado como un
trabajador de la construcción.
Dos años después, se les permitió
regresar a Parishev. Han vivido allí desde entonces, pese a estar dentro de la
zona de exclusión.
En el pueblo y en el bosque que
lo rodea hay un pequeño grupo de habitantes, pero gran parte del área está
vacía.
Con un dosímetro, los visitantes
de la zona de exclusión pueden medir los cambios en la radiación y la
exposición a la misma.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
En la casa de Iván y María, 30
años después, la medición es muy baja. De hecho, está por debajo de lo que se
considera el límite seguro.
En promedio, las mediciones en la
zona oscilan entre 0,9 microsieverts por hora a una cierta distancia de la
planta a 2,5 microsieverts cerca de ella.
En aquellos lugares donde se
registra un nivel alto, unos 214,2 microsieverts por hora, es peligroso
quedarse aunque sea por tan sólo pocos minutos.
El dosímetro registra esa medida
cuando se analizan equipos radioactivos usados tras la crisis de 1986 en una
área cercana a la ciudad de Pripyat.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
Entre los residuos almacenados en
una zona ubicada fuera de Pripyat, está la mayor parte de los vehículos y otros
equipos pesados que se utilizaron en los días posteriores a la explosión del
reactor número cuatro.
La imagen de arriba muestra el
camión soviético Zil, enredado con otra chatarra metálica.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
Pripyat es en sí misma una ciudad
fantasma.
Inaugurada en 1970 como un núcleo
urbano soviético moderno para los trabajadores de la industria nuclear, se
convirtió en el hogar de unas 50.000 personas.
La piscina Azure quedaba cerca de
la escuela primaria número tres.
Treinta y seis horas después de
la catástrofe, los residentes fueron desalojados de la ciudad en una operación de
largo alcance.
El techo del reactor número
cuatro de Chernobyl saltó por los aires a la 01:24 el 26 de abril.
Pripyat está a solo 4 kilómetros
de distancia.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
Pripyat se mantiene intacta, tal
como estaba el 27 de abril de 1986.
El consultorio del doctor, con
los tubos y los frascos de vidrio llenos de vacunas y medicinas, está desierto
en el Centro Médico número 26.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
En el jardín de infancia "El
pequeño osito" de Pripyat el abandono es evidente: los pupitres y las
sillas están amontonados uno encima del otro y los juguetes están llenos de
polvo.
Antes de la apresurada evacuación
de la ciudad, a los residentes no se les informó sobre el accidente nuclear que
había ocurrido a poca distancia.
En total, 116.000 personas fueron
sacadas del área que se declaró como una zona de exclusión.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
Tirada en el piso de un
apartamento en Pripyat se ve una pequeña imagen en blanco y negro de Vladimir
Lenin.
Otro signo de un mundo que
desapareció hace décadas.
Pripyat era una típica ciudad
soviética, llena de bloques de concreto de apartamentos uniformes, con poca
vegetación y vías mal construidas y llenas de baches.
Esta es la vista desde el piso 15
del edificio de apartamentos más alto de la ciudad.
Sin la presencia de pobladores, el
bosque cercano ha invadido las calles y los espacios entre los apartamentos de
forma lenta y constante.
Los únicos residentes ahora son
animales salvajes, cuya población ha aumentado vertiginosamente.
Expertos hablan del retorno de
especies que se creían extinguidas de la zona.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
No muy lejos de Chernobyl hay una
pequeña ciudad de vacaciones, desierta, con decenas de casas de veraneo.
Dos personajes icónicos de los
dibujos animados para niños de la era soviética Nu Pogodi! todavía están
pintados en la pared de madera de una de las viviendas.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
Una instalación militar fue
construida a varios kilómetros de la planta en gran parte para proteger
chernobyl.
Sobre el campo militar se eleva
una antena radar Duga-3.
Fue apagada tres años después del
desastre nuclear.
Image copyright Jerzy Wierzbicki |
Recoger cualquier objeto dejado
en la zona de exclusión está estrictamente prohibido, especialmente las máscaras
usadas después del desastre por los trabajadores a quienes se les llamó
"liquidadores".
Se estima que unas 600.000
personas participaron como "liquidadores" para ayudar a apagar el
incendio y limpiar el área.
Un reporte de la Organización
Mundial de la Salud de 2005 calculó que 4.000 personas morirían por la
exposición a la radiación.
Los guías en la zona de exclusión
prefieren no hablar sobre los efectos en la salud de los locales, pero el
gobierno de Ucrania estima que sólo 5% de los "liquidadores" que
todavía viven está en buenas condiciones de salud.
Hoy en día, a los trabajadores de
la planta nuclear no se les permite poner nada en el piso.
Todas las personas son chequeadas
regularmente para medir la radiación en estaciones especiales de dosímetros.
El sarcófago de concreto y acero
que todavía está sobre el reactor número cuatro está ahora en un estado
precario y un
equipo internacional busca reemplazarlo en 2017.
Una vez el arco gigante de más de
US$2.000 millones sea sustraído, empezará el trabajo de desmantelar y eliminar
el desperdicio en su interior.
Todas las imágenes fueron tomadas
por Jerzy Wierzbicki.
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