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miércoles, 9 de mayo de 2018

El Pensamiento de Tomás de Aquino. Fragmentos

 
Tomás de Aquino 1225-1274

 

Suma Contra Gentiles



...cada cosa queda dispuesta de un modo óptimo cuando se ordena convenientemente a su fin. Pues el fin de cada cosa es el bien. ...

...El nombre de absolutamente sabio, empero, queda reservado sólo a aquel cuya meditación versa acerca del fin del universo, el cual es también principio de la totalidad de todas las cosas. De donde, según el Filósofo (...), del sabio es considerar las cosas más altas.

...Por tanto, la verdad debe ser el fin último de todo el universo, y la sabiduría tiene que detenerse principalmente en el fin del mismo y en su consideración. Y por eso testimonia la divina Sabiduría que ha venido al mundo para manifestar la verdad, diciendo: “Yo para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad.” (S. Juan, 18,27). Pero también el Filósofo determina que la filosofía primera es la ciencia de la verdad, No de cualquiera, sino de aquella que es el origen de toda la verdad, es decir, la que pertenece al primer principio del ser de todas las cosas, por tanto, su verdad es el principio de toda otra verdad.

...Por consiguiente, de modo conveniente, por boca de la Sabiduría, se muestra en la frase expuesta el doble oficio del sabio, a saber, reflexionar sobre la verdad divina, que es la verdad por antonomasia, y exponer el resultado de las meditaciones,... e impugnar el error contra la verdad, a lo cual alude cuando dice: “y mis labios detestarán al impío”, designando con esto último la falsedad contra la verdad divina, que es contraria a la religión, ...

Tomando, por consiguiente, de la divina piedad los ánimos para seguir el oficio de sabio, aunque exceda nuestras propias fuerzas, es nuestro propósito poner de manifiesto, en la medida que podamos, la verdad que profesa la fe católica, rechazando los errores contrarios. ...

Sin embargo, es difícil proceder contra cada error, por dos causas. Primeramente, porque no conocemos las afirmaciones sacrílegas de cada uno que yerra, de suerte que podamos emprender razonadamente para destruir sus errores. ... En segundo lugar, porque algunos de ellos, como los mahometanos y paganos, No convienen con nosotros en la autoridad de un libro por el que pueden ser convencidos,...

Por lo tanto, es necesario recurrir a la razón natural, a la que todos están obligados a asentir, la cual, sin embargo, es deficiente en las cosas divinas.

Al mismo tiempo que investigamos algunas verdades, mostraremos qué errores quedan excluidos por ellas y de qué modo la verdad demostrativa concuerda con la fe de la religión cristiana….

En lo que confesamos de Dios hay un doble modo de verdad. Hay algunas verdades acerca de Dios que exceden toda capacidad de la razón humana, por ejemplo, que Dios es uno y trino. Otras, por el contrario, son accesibles a la razón natural, como por ejemplo, que Dios existe, que es uno, etc.;  los filósofos probaron estas verdades acerca de Dios de un modo demostrativo llevados por la luz de la razón natural….

Por consiguiente, hay algunos inteligibles divinos que están al alcance de la razón humana, otros, por el contrario, exceden enteramente su poder. ...

Habiendo una doble verdad de lo divino, inteligible, una a la que puede llegar la inquisición de la razón, y otra que excede todo ingenio de la razón humana, una y otra se proponen, de un modo divino y convenientemente, a la creencia del hombre….

..., permanecería el género humano en las mayores tinieblas de la ignorancia si únicamente quedase abierta la vía de la razón para conocer a Dios, pues el conocimiento de Dios, que hace a los hombres en el mayor grado perfectos y buenos, se daría en unos pocos, y en éstos después de largo tiempo.

...Por  tanto, debe enseñarse a los hombres la verdad misma de las cosas divinas por la vía de la fe, con inmutable certidumbre.

Por consiguiente, la divina clemencia ha provisto saludablemente al ordenar que se posea por la fe lo que la razón también puede investigar, para que así todos puedan fácilmente ser participantes del conocimiento divino sin error alguno….

Aunque la verdad de la fe cristiana excede la capacidad de la razón humana, lo que la razón tiene como naturalmente dado no puede, sin embargo, ser contrario a esa verdad. ...

...El conocimiento de los principios conocidos naturalmente nos está dado de un modo divino, puesto que Dios mismo es el autor de nuestra naturaleza. Por tanto, la divina Sabiduría encierra en sí también estos principios. Por consiguiente, todo lo que es contrario a los mismos es contrario a la divina Sabiduría; y, por tanto, no puede proceder de Dios. Así, pues, lo que, en virtud de la revelación divina, se posee por la fe, no puede ser contrario al conocimiento natural….

...de lo que evidentemente se colige que, sean cualesquiera los argumentos en contra de los documentos de la fe, no pueden proceder rectamente de primeros principios dados naturalmente y conocidos en sí. Por eso no tienen fuerza demostrativa, sino que son razones probables o sofísticas, y, por tanto hay lugar para refutarlos….

Por lo anteriormente dicho se ve evidentemente que la atención del sabio debe versar sobre una doble verdad de las cosas divinas y sobre la destrucción de los errores contrarios. A una de estas verdades puede llegar la investigación de la razón, la otra, en cambio, excede todo esfuerzo de la razón.

Digo que hay una doble verdad de lo divino no por parte del mismo Dios, que es la Verdad una y simple, sino por parte de nuestro conocimiento que se comporta de modo distinto respecto al conocimiento de lo divino. Se debe proceder, por  tanto, a la manifestación de la primera verdad mediante razones demostrativas con las que el adversario puede ser convencido. Pero como tales razones no pueden emplearse para la segunda verdad, el propósito no debe ser convencer al adversario con razones, sino rebatir los razonamientos que se hagan contra la verdad, puesto que la razón natural no puede ser contraria a la verdad de la fe,... El único modo de convencer al adversario de esta verdad se deriva de la autoridad de las Escrituras, confirmada de un modo divino por los milagros. [1]


Suma Teológica



...fue necesario para la salud humana que hubiera una doctrina con arreglo a la revelación divina, además de las disciplinas filosóficas que se investigan por la razón humana. En primer lugar, porque Dios ordena al hombre un fin que excede a la comprensión de la razón,... Y conviene que sea preconocido el fin por los hombres, que deben ordenar sus acciones e intenciones a un fin. Por tanto, fue necesario al hombre para su salud que se le diesen a conocer por revelación divina algunas cosas que exceden la razón humana.”  (I, I, 1. Pág. 332)

 
“...las cosas que son superiores al humano conocimiento no han de investigarse por el hombre racionalmente, una vez reveladas por Dios, han de admitirse por la fe;... Y en estas cosas consiste la Sagrada Doctrina.”

“...Fue necesario para la salud humana que hubiese una doctrina, según revelación divina, acerca de las muchas cosas que exceden el entendimiento del hombre; es necesario también que además de las ciencias adquiridas por la luz natural, haya una doctrina por revelación, de lo que puede investigarse por la luz natural.”  (I, I,1. Pág. 333)

“La Sagrada Doctrina es, de todas las ciencias, la más digna absolutamente siendo de un orden superior: como especulativa y como práctica de todas las prácticas.” (I, II, 1. Pág. 339)
“...la verdad designa aquello que tiende al entendimiento. ...el conocimiento es en la medida en que lo conocido está en el cognoscente; (...)...el término del conocimiento, que es lo verdadero, está en el mismo entendimiento. ...puesto que lo verdadero está en el entendimiento en la medida en que se conforma con las cosas entendidas, es necesario que la razón de verdadero pase a la cosa entendida, de suerte que se llama a la cosa entendida verdadera, en cuanto que tiene un cierto orden al entendimiento.”

... “...la verdad está de un modo principal en el entendimiento y secundariamente en las cosas en la medida en que quedan referidas al entendimiento como a su principio.”

“...la verdad de las cosas consiste en su relación con el entendimiento divino.” (I,I,16. Págs. 353-354).

“...las cosas se llaman verdaderas por la verdad del entendimiento. Por tanto, si no hubiera ningún entendimiento, no habría verdad eterna. Pero como el entendimiento divino es el único eterno, sólo él es la verdad eterna.” (I, VII, 16. Pág. 361)
“...la verdad del entendimiento divino es inmutable, y la del nuestro mudable; no porque ella misma sea el sujeto del cambio, sino en cuanto que nuestro entendimiento cambia de la verdad a la falsedad,... La verdad del entendimiento divino es aquella según la cual las cosas de la Naturaleza se llaman verdaderas, y es enteramente inmutable.”... (I, VIII, 16, Pág. 363)

“Conocer la verdad es cierto uso o acto de la luz intelectual. ... Cualquier uso implica movimiento...



...todos los movimientos, ya corporales ya espirituales, se reducen en absoluto al primer motor que es Dios. ..., por perfecta que se suponga alguna naturaleza corporal o espiritual, no puede proceder a su acto si no es movida por Dios,... Más no sólo proviene de Dios toda moción como el primer motor, sino que también proviene de él toda perfección, ..., y así es que la acción del entendimiento y de cualquier ente creado depende de Dios... ...el entendimiento humano tiene alguna forma, cual es su misma luz inteligible, que es de suyo suficiente para entender ciertas cosas inteligibles, cuyo conocimiento podemos de hecho obtener por medio de los objetos sensibles; pero el entendimiento humano no puede conocer las cosas inteligibles más elevadas, si no es perfeccionado por una luz más eficaz, como la de la fe o de la profecía, que se llama luz de gracia (...), en cuanto es sobreañadida a la naturaleza, debiendo, ..., decirse que para el conocimiento de cualquier verdad necesita el hombre del divino auxilio, de manera que el entendimiento sea movido por Dios a sus actos: mas no necesita para conocer la verdad en todas las cosas, de una nueva ilustración sobreañadida a la luz natural, sino en algunas que exceden el natural conocimiento; y, sin embargo, en ocasiones Dios instruye milagrosamente por medio de su gracia a algunos acerca de las cosas que pueden ser conocidas por la razón natural, como igualmente hace a veces milagrosamente cosas que la naturaleza puede hacer.” (I, 1, 109. Págs. 447-448). [2]


 




[1] Santo Tomás de Aquino, Suma Contra Gentiles, en Eduardo Torres: Antología del Pensamiento Medieval. Editorial Ciencias Sociales. Instituto Cubano del Libro. Cuba, 1975. Págs. 317-328
[2]Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, en Eduardo Torres: Antología del Pensamiento Medieval. Editorial Ciencias Sociales. Instituto Cubano del Libro. Cuba, 1975. Págs.  332-448