Tomás de Aquino 1225-1274
Suma Contra Gentiles
...cada cosa queda dispuesta de un modo óptimo cuando se
ordena convenientemente a su fin. Pues el fin de cada cosa es el bien. ...
...El nombre de absolutamente sabio, empero, queda
reservado sólo a aquel cuya meditación versa acerca del fin del universo, el
cual es también principio de la totalidad de todas las cosas. De donde, según
el Filósofo (...), del sabio es considerar las cosas más altas.
...Por tanto, la verdad debe ser el fin último de todo
el universo, y la sabiduría tiene que detenerse principalmente en el fin del
mismo y en su consideración. Y por eso testimonia la divina Sabiduría que ha
venido al mundo para manifestar la verdad, diciendo: “Yo para esto he venido al
mundo, para dar testimonio de la verdad.” (S. Juan, 18,27). Pero también el
Filósofo determina que la filosofía primera es la ciencia de la verdad, No de
cualquiera, sino de aquella que es el origen de toda la verdad, es decir, la
que pertenece al primer principio del ser de todas las cosas, por tanto, su
verdad es el principio de toda otra verdad.
...Por consiguiente, de modo conveniente, por boca de la
Sabiduría, se muestra en la frase expuesta el doble oficio del sabio, a saber,
reflexionar sobre la verdad divina, que es la verdad por antonomasia, y exponer
el resultado de las meditaciones,... e impugnar el error contra la verdad, a lo
cual alude cuando dice: “y mis labios detestarán al impío”, designando con esto
último la falsedad contra la verdad divina, que es contraria a la religión, ...
Tomando, por consiguiente, de la divina piedad los ánimos
para seguir el oficio de sabio, aunque exceda nuestras propias fuerzas, es
nuestro propósito poner de manifiesto, en la medida que podamos, la verdad que
profesa la fe católica, rechazando los errores contrarios. ...
Sin embargo, es difícil proceder contra cada error, por
dos causas. Primeramente, porque no conocemos las afirmaciones sacrílegas de
cada uno que yerra, de suerte que podamos emprender razonadamente para destruir
sus errores. ... En segundo lugar, porque algunos de ellos, como los mahometanos
y paganos, No convienen con nosotros en la autoridad de un libro por el que
pueden ser convencidos,...
Por lo tanto, es necesario recurrir a la razón natural,
a la que todos están obligados a asentir, la cual, sin embargo, es deficiente
en las cosas divinas.
Al mismo tiempo que investigamos algunas verdades,
mostraremos qué errores quedan excluidos por ellas y de qué modo la verdad
demostrativa concuerda con la fe de la religión cristiana….
En lo que confesamos de Dios hay un doble modo de
verdad. Hay algunas verdades acerca de Dios que exceden toda capacidad de la
razón humana, por ejemplo, que Dios es uno y trino. Otras, por el contrario,
son accesibles a la razón natural, como por ejemplo, que Dios existe, que es
uno, etc.; los filósofos probaron estas
verdades acerca de Dios de un modo demostrativo llevados por la luz de la razón
natural….
Por consiguiente, hay algunos inteligibles divinos que
están al alcance de la razón humana, otros, por el contrario, exceden
enteramente su poder. ...
Habiendo una doble verdad de lo divino, inteligible, una
a la que puede llegar la inquisición de la razón, y otra que excede todo
ingenio de la razón humana, una y otra se proponen, de un modo divino y
convenientemente, a la creencia del hombre….
..., permanecería el género humano en las mayores
tinieblas de la ignorancia si únicamente quedase abierta la vía de la razón
para conocer a Dios, pues el conocimiento de Dios, que hace a los hombres en el
mayor grado perfectos y buenos, se daría en unos pocos, y en éstos después de
largo tiempo.
...Por tanto,
debe enseñarse a los hombres la verdad misma de las cosas divinas por la vía de
la fe, con inmutable certidumbre.
Por consiguiente, la divina clemencia ha provisto
saludablemente al ordenar que se posea por la fe lo que la razón también puede
investigar, para que así todos puedan fácilmente ser participantes del conocimiento
divino sin error alguno….
Aunque la verdad de la fe cristiana excede la capacidad
de la razón humana, lo que la razón tiene como naturalmente dado no puede, sin
embargo, ser contrario a esa verdad. ...
...El conocimiento de los principios conocidos
naturalmente nos está dado de un modo divino, puesto que Dios mismo es el autor
de nuestra naturaleza. Por tanto, la divina Sabiduría encierra en sí también
estos principios. Por consiguiente, todo lo que es contrario a los mismos es
contrario a la divina Sabiduría; y, por tanto, no puede proceder de Dios. Así,
pues, lo que, en virtud de la revelación divina, se posee por la fe, no puede
ser contrario al conocimiento natural….
...de lo que evidentemente se colige que, sean
cualesquiera los argumentos en contra de los documentos de la fe, no pueden
proceder rectamente de primeros principios dados naturalmente y conocidos en
sí. Por eso no tienen fuerza demostrativa, sino que son razones probables o
sofísticas, y, por tanto hay lugar para refutarlos….
Por lo anteriormente dicho se ve evidentemente que la
atención del sabio debe versar sobre una doble verdad de las cosas divinas y
sobre la destrucción de los errores contrarios. A una de estas verdades puede
llegar la investigación de la razón, la otra, en cambio, excede todo esfuerzo
de la razón.
Digo que hay una doble
verdad de lo divino no por parte del mismo Dios, que es la Verdad una y simple,
sino por parte de nuestro conocimiento que se comporta de modo distinto
respecto al conocimiento de lo divino. Se debe proceder, por tanto, a la manifestación de la primera
verdad mediante razones demostrativas con las que el adversario puede ser
convencido. Pero como tales razones no pueden emplearse para la segunda verdad,
el propósito no debe ser convencer al adversario con razones, sino rebatir los
razonamientos que se hagan contra la verdad, puesto que la razón natural no
puede ser contraria a la verdad de la fe,... El único modo de convencer al
adversario de esta verdad se deriva de la autoridad de las Escrituras,
confirmada de un modo divino por los milagros. [1]
Suma Teológica
...fue necesario para la salud humana que hubiera una
doctrina con arreglo a la revelación divina, además de las disciplinas
filosóficas que se investigan por la razón humana. En primer lugar, porque Dios
ordena al hombre un fin que excede a la comprensión de la razón,... Y conviene
que sea preconocido el fin por los hombres, que deben ordenar sus acciones e
intenciones a un fin. Por tanto, fue necesario al hombre para su salud que se
le diesen a conocer por revelación divina algunas cosas que exceden la razón
humana.” (I, I, 1. Pág.
332)
“...las cosas que son superiores al humano conocimiento
no han de investigarse por el hombre racionalmente, una vez reveladas por Dios,
han de admitirse por la fe;... Y en estas cosas consiste la Sagrada Doctrina.”
“...Fue necesario para la salud humana que hubiese una
doctrina, según revelación divina, acerca de las muchas cosas que exceden el
entendimiento del hombre; es necesario también que además de las ciencias
adquiridas por la luz natural, haya una doctrina por revelación, de lo que
puede investigarse por la luz natural.” (I, I,1. Pág. 333)
“La Sagrada Doctrina es, de todas las ciencias, la más
digna absolutamente siendo de un orden superior: como especulativa y como
práctica de todas las prácticas.” (I, II, 1. Pág. 339)
“...la verdad designa aquello que tiende al
entendimiento. ...el conocimiento es en la medida en que lo conocido está en el
cognoscente; (...)...el término del conocimiento, que es lo verdadero, está en
el mismo entendimiento. ...puesto que lo verdadero está en el entendimiento en
la medida en que se conforma con las cosas entendidas, es necesario que la
razón de verdadero pase a la cosa entendida, de suerte que se llama a la cosa
entendida verdadera, en cuanto que tiene un cierto orden al entendimiento.”
... “...la verdad está de un modo principal en el
entendimiento y secundariamente en las cosas en la medida en que quedan
referidas al entendimiento como a su principio.”
“...la verdad de las cosas consiste en su relación con
el entendimiento divino.” (I,I,16. Págs. 353-354).
“...las cosas se llaman verdaderas por la verdad del
entendimiento. Por tanto, si no hubiera ningún entendimiento, no habría verdad
eterna. Pero como el entendimiento divino es el único eterno, sólo él es la
verdad eterna.” (I,
VII, 16. Pág. 361)
“...la verdad del entendimiento divino es inmutable, y
la del nuestro mudable; no porque ella misma sea el sujeto del cambio, sino en
cuanto que nuestro entendimiento cambia de la verdad a la falsedad,... La
verdad del entendimiento divino es aquella según la cual las cosas de la
Naturaleza se llaman verdaderas, y es enteramente inmutable.”... (I, VIII, 16, Pág. 363)
“Conocer la verdad es cierto uso o acto de la luz
intelectual. ... Cualquier uso implica movimiento...
...todos los movimientos, ya corporales ya espirituales, se
reducen en absoluto al primer motor que es Dios. ..., por perfecta que se
suponga alguna naturaleza corporal o espiritual, no puede proceder a su acto si
no es movida por Dios,... Más no sólo proviene de Dios toda moción como el
primer motor, sino que también proviene de él toda perfección, ..., y así es
que la acción del entendimiento y de cualquier ente creado depende de Dios...
...el entendimiento humano tiene alguna forma, cual es su misma luz
inteligible, que es de suyo suficiente para entender ciertas cosas
inteligibles, cuyo conocimiento podemos de hecho obtener por medio de los
objetos sensibles; pero el entendimiento humano no puede conocer las cosas
inteligibles más elevadas, si no es perfeccionado por una luz más eficaz, como
la de la fe o de la profecía, que se llama luz de gracia (...), en cuanto es
sobreañadida a la naturaleza, debiendo, ..., decirse que para el conocimiento
de cualquier verdad necesita el hombre del divino auxilio, de manera que el
entendimiento sea movido por Dios a sus actos: mas no necesita para conocer la
verdad en todas las cosas, de una nueva ilustración sobreañadida a la luz
natural, sino en algunas que exceden el natural conocimiento; y, sin embargo,
en ocasiones Dios instruye milagrosamente por medio de su gracia a algunos
acerca de las cosas que pueden ser conocidas por la razón natural, como
igualmente hace a veces milagrosamente cosas que la naturaleza puede hacer.”
(I, 1, 109. Págs. 447-448). [2]
[1] Santo
Tomás de Aquino, Suma
Contra Gentiles, en Eduardo Torres: Antología del Pensamiento Medieval.
Editorial Ciencias Sociales. Instituto Cubano del Libro. Cuba, 1975. Págs. 317-328
[2]Santo
Tomás de Aquino, Suma Teológica, en Eduardo Torres: Antología del Pensamiento Medieval.
Editorial Ciencias Sociales. Instituto Cubano del Libro. Cuba, 1975. Págs. 332-448