Teoría, Metodología y Técnicas de Trabajo
Del artículo Desembalar la Historia de Saturnino SANCHEZ PRIETO
La Teoría de la Historia está en función de la idea que el historiador
tiene de su materia de estudio. En la actualidad la finalidad de la
historia se concibe como la comprensión del cambio histórico para lo
cual deben situarse los acontecimientos en el contexto cambiante que
caracteriza cada época. En este sentido para una gran parte de los
historiadores la teoría de la historia es la búsqueda de unas leyes
(hilo conductor o .constantes) que dirigen el desarrollo de la historia;
para otros, sin embargo, estas leyes ni existen ni son susceptibles de
existir lo que hace de los hechos históricos materia siempre sujeta a la
interpretación.
La tarea del historiador, en cualquiera de los casos y cualquiera que sea su posición teórica, es “construir” la historia a través de la construcción de su objeto de estudio, para lo que irremisiblemente requerirá de un aparato conceptual. La teoría siempre configura los hechos; sin ella no puede existir una interpretación del pasado. A partir de la manera en que concibe la historia el historiador recopila, organiza e interpreta los materiales que le habrán de servir para desarrollar su tarea y demostrar (o desechar) sus propias hipótesis.
En este sentido la metodología se define como el conjunto de modos de proceder con un determinado orden (organización) en el quehacer de la investigación que se sigue para llegar a un determinado conocimiento histórico. La metodología que el historiador emplea se configura, pues, en esta estrecha relación entre la teoría seleccionada (o creada) por él y la elaboración de sus materiales. Ahora bien, si la metodología está enraizada en la teoría, los métodos de trabajo del historiador lo están en las técnicas que empleará para llevar a cabo su tarea.
Resumiendo, mientras la metodología hace referencia a un aspecto más amplio y general en el trabajo del historiador (la teoría), el método se refiere a las técnicas científicas que utilizará para desarrollarlo.
En el plano de la didáctica de la historia la metodología también supone la organización de las actividades que tienen como fin la enseñanza y el aprendizaje históricos en función de dos pilares básicos: la concepción que tenemos de la historia (o sobre un hecho histórico particular) y la que tenemos sobre la forma de enseñar nuestra propia materia.
Concebir la historia como un proceso en continua construcción tiene, evidentemente, implicaciones didácticas muy concretas: la enseñanza de la historia debe tratar de romper el estereotipo del hecho histórico como algo acabado, de una vez por todas. Enfrentar a los alumnos con fuentes primarias o con fuentes historiográficas en donde aparezca un mismo hecho enfocado desde diferentes ángulos debiera provocar en los estudiantes la constatación de la riqueza y complejidad de los acontecimientos históricos al ser interpretados.
La tarea del historiador, en cualquiera de los casos y cualquiera que sea su posición teórica, es “construir” la historia a través de la construcción de su objeto de estudio, para lo que irremisiblemente requerirá de un aparato conceptual. La teoría siempre configura los hechos; sin ella no puede existir una interpretación del pasado. A partir de la manera en que concibe la historia el historiador recopila, organiza e interpreta los materiales que le habrán de servir para desarrollar su tarea y demostrar (o desechar) sus propias hipótesis.
En este sentido la metodología se define como el conjunto de modos de proceder con un determinado orden (organización) en el quehacer de la investigación que se sigue para llegar a un determinado conocimiento histórico. La metodología que el historiador emplea se configura, pues, en esta estrecha relación entre la teoría seleccionada (o creada) por él y la elaboración de sus materiales. Ahora bien, si la metodología está enraizada en la teoría, los métodos de trabajo del historiador lo están en las técnicas que empleará para llevar a cabo su tarea.
Resumiendo, mientras la metodología hace referencia a un aspecto más amplio y general en el trabajo del historiador (la teoría), el método se refiere a las técnicas científicas que utilizará para desarrollarlo.
En el plano de la didáctica de la historia la metodología también supone la organización de las actividades que tienen como fin la enseñanza y el aprendizaje históricos en función de dos pilares básicos: la concepción que tenemos de la historia (o sobre un hecho histórico particular) y la que tenemos sobre la forma de enseñar nuestra propia materia.
Concebir la historia como un proceso en continua construcción tiene, evidentemente, implicaciones didácticas muy concretas: la enseñanza de la historia debe tratar de romper el estereotipo del hecho histórico como algo acabado, de una vez por todas. Enfrentar a los alumnos con fuentes primarias o con fuentes historiográficas en donde aparezca un mismo hecho enfocado desde diferentes ángulos debiera provocar en los estudiantes la constatación de la riqueza y complejidad de los acontecimientos históricos al ser interpretados.
Sir Lawrence ALMA-TADEMA. Una lectura de Homero. (1885). Según nos han dicho los historiadores de la Antiguedad, Homero es uno de los grandes pilares de toda la literatura de Occidente |
Asi, desde el proceso inicial de elección del objeto de estudio, el historiador define ya una posición que expresa no solamente la concepción teórica que determinará su forma de ver y entender el objeto de estudio, sino también una serie de necesidades e intereses que estarán en consonancia con su propia experiencia de vida.
De esta forma, la construcción del conocimiento histórico involucra un principio ético de responsabilidad pues, de lo que se trarta es de "reconstruir" la realidad a partir de fuentes que cada vez más se evidencian como de muy distinta naturaleza. En este sentido, lo interesante de las más actuales concepciones teóricas de la historia ha sido la posibilidad de considerar como fuentes válidas, muchos aspectos de la vida social que tradicionalmente no eran objeto de interés de los historiadores, así mismo, muchos grupos sociales tradicionalmente invisibilizados para la Historia, ahora han dejado de serlo. Esto se lo debemos a los constantes esfuerzos de investigación de los académicos del área.
Pero, volviendo al problema ético que involucra la "reconstrucción" de todo objeto histórico de conocimiento, debemos concluir que, aunque evidentemente la metodología y la técnica en la reconstrucción de la realidad histórica son primordiales pues es a partir de ellas como se configura el objeto, la cuestión no es sólo de técnicas o más aún de estudios académicos, sino también de compromiso social en tanto el historiador con su trabajo devela la realidad mientras da respuesta a las preguntas que ella le genera, pero en el mismo proceso, también puede crear versiones infundadas o interesadas como se ha demostrado ya que también con la Historia se pueden cometer muchos abusos.
De este artículo nos quedan además otras preguntas en el tintero sobre las cuales sería interesante reflexionar también a objeto de aclarar conceptos:
1.- Qué es Método y qué es Metodología? Cuáles serían sus diferencias conceptuales?
2.- Qué significa la idea de que "para una gran parte de los
historiadores la teoría de la historia es la búsqueda de unas leyes
(hilo conductor o .constantes) que dirigen el desarrollo de la historia;
para otros, sin embargo, estas leyes ni existen ni son susceptibles de
existir lo que hace de los hechos históricos materia siempre sujeta a la
interpretación"?
3.- Entonces, de qué factores dependen esas diferencias de interpretación?
El artículo de Saturnino Sánchez Prieto está tomado de:
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